Una locura se vivió en el Centenario de Montevideo. Después de oírse el pitazo final del árbitro, la bronca acumulada durante el partido por la Copa Libertadores sub 20 explotó en un gran escándalo. El zaguero negriazul Angelo Preciado tomó el banderín del córner para defenderse de una casi inevitable paliza.
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El encuentro entre River Plate de Uruguay e Independiente del Valle de Ecuador terminó 3 a 2 a favor de la visita. Los charrúas quedaron eliminados de las semifinales del torneo y buscaron pelea en los rivales. Ocho jugadores hicieron foco en el número 17 contrario y lo persiguieron hasta un rincón del campo de juego.
Preciado escapó de sus "cazadores" y alcanzó a sacar el pequeño mástil que marca el vértice de la cancha. Lo tomó como si fuera un guerrero del medioevo y espantó a sus posibles agresores con la lanza improvisada. Afortunadamente no hubo que lamentar ningún herido, víctima de una reacción desproporcionada. Mirá cómo fue ese momento de barbarie.
Segundos después del inédito hecho de violencia, las pulsaciones bajaron y los ánimos se calmaron. Entre los técnicos de ambos clubes y la policía dirigieron a los integrantes de los dos equipos hacia los vestuarios.