La historia de Fabio Pisacane parece el guión de una película. Debutó en la Serie A del Calcio recién a los 30 años después de estar en coma por una extraña enfermedad llamada Síndrome de Guillain-Barré.
"Un día me levanté, me quise quitar el pijama y no pude, no podía levantar los brazos. Fue tremendo" relató el defensor del Cagliari que estuvo 22 días en coma a los 14 años. Sufrió un trastorno neurológico donde el sistema inmunitario ataca al sistema nervioso y los músculos no responden a las señales del cerebro. Puede terminar en parálisis y hasta en la muerte.
Nacido en Nápoles, se mudó a Génova para jugar en las inferiores del Genoa. Llevaba sueños y su fanatismo por Diego Maradona. Pero su salud fue el peor rival, en un partido que terminó ganando. Los métodos modernos no funcionaban pero lo salvó la cortisona. Una vez que se superó la enfermedad, no tuvo secuelas.
“Recuerdo que lo primero que le dije a mi padre cuando empezó la parálisis fue: ‘Si no puedo jugar al fútbol, mejor que me muera’. Era un niño de 14 años. Ahora con 30 pienso que la vida es un bien tan valioso que no se puede comparar con ningún deporte ni con ninguna otra cosa material. Amo la vida porque me ha dado cosas más importantes que el fútbol: mi mujer y mis dos hijos. Hoy juego para que estén orgullosos de mí. No soy ni Cristiano ni Messi, ni tengo su trascendencia, pero sí me gusta hacer llegar un mensaje a para todos los niños que me ven desde casa", dice.
Como para que la historia de Fabio tenga mayor repercusión en Argentina, su tatuaje del escudo de Boca en el brazo develó su fanatismo por el equipo de Maradona. Eso no es todo, sus canilleras y la funda de su celular son azules y oro.