El clásico cordobés ya se disputa en el Gigante de Alberdi. Belgrano y Talleres juegan "por la madre" en una nueva edición del partido más importante de la provincia. Y así lo entendieron los más de 34 mil hinchas del Pirata, que desplegaron un recibimiento impresionante.
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En cuanto los jugadores de la "B" y de la "T" pisaron el césped del Julio César Villagra, 40 mil serpentinas celestes taparon el cielo, seguidas por un espeso humo del mismo color, proveniente de 400 tarros ubicados al margen de la cancha.
Un despliegue enorme que tuvo su origen en las redes sociales piratas, que recaudaron fondos para hacer posible la inolvidable recepción.
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El humo y las serpentinas dejaron paso al grito de guerra de la marea celeste, el retumbar de los bombos y la sinfonía de las trompetas. Pero todo lo que rodea al partido quedó en segundo plano y la pelota comenzó a rodar para saber quién será el "capo" cordobés, al menos hasta que se vuelvan a ver las caras.