Marcelo Barovero no olvidará nunca la final del Mundial de Clubes en la que River enfrentó nada menos que al Barcelona de Lionel Messi. A pesar de la derrota 3 a 0, el arquero se dio el gusto de evitar el gol del rosarino con una espectacular atajada. Y lo que pasó después fue aún mejor.
Luego de esa jugada, "se me acercó y me ayudó a levantarme y me acarició la cabeza. Y yo le dije que acababa de cumplir el sueño de mi hijo, atajarle un tiro a Messi", contó Trapito a la revista El Gráfico. Acá, la atajada y el saludo del 10.
Pero no fue solo el gesto de felicitarlo lo que dejó al "millonario" sin palabras. Cuando terminó el partido le pidió la camiseta a Leo, pero él ya la había intercambiado con otro jugador. Entonces, el “1” le preguntó si le podía conseguir el buzo del arquero del Barsa Claudio Bravo.
Y llegó la sorpresa. "Le di mi camiseta y, a los pocos minutos, llegó con la de Bravo y con un par de botines en la mano. 'Son para tu hijo', me dijo. Eran sus botines", reveló el cordobés. "Me quedé mudo de admiración, jamás me imaginé que iba a hacer eso", cerró. El gesto se engrandece con este dato: hasta ese 20 de diciembre, Messi y Barovero no se conocían en persona.