Una churrería de Funes, a donde está el barrio privado en el que tiene su casa Lionel Messi, vivió momentos de emoción total. El lunes recibieron un pedido de la familia del 10 pero por unos minutos casi pierden la oportunidad de atenderla.
En medio de sus vacaciones en Rosario, el capitán de la Scaloneta estaba antojado de comer churros y Antonela Roccuzzo llamó al local para hacer el encargo. Sin embargo, ¡nadie le atendía el teléfono!
Sofía, la encargada del lugar, explicó que registran los números de teléfono que llaman para escribirles por WhatsApp ya que no reciben pedidos vía telefónica. “Así lo contacté”, recordó y reveló: “Me pidió tres docenas de churros y lo mandamos para Kentucky”.
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Los trabajadores estaban atónitos y no podían creer que el campeón del mundo les había hecho un encargo. “El cadete tardó casi 45 minutos en volver, estaba casi temblando y llorando porque no podía creer lo que le había pasado”, comentó la joven a Info Funes.
Según les contó, Antonela lo atendió y Mateo lo abrazó. En tanto, Messi lo saludó desde el fondo de la casa. “No pudo tomarse una foto, pero se llevó ese recuerdo”, expresó aún sin poder creer lo que les había pasado.
“Estaba con tantos pedidos ese día que no relacioné que eran ellos”, recordó Sofía sobre el momento en el que le hicieron el pedido. Y agregó: “Ya nos pasó en otras ocasiones que nos encarguen y les enviamos nuestros productos, aunque nunca pensamos que eran para Leo, que él los comía”. “Ya saber que los recibidos a la familia del campeón era un mimo al alma, pero esto superó todo”, sostuvo.
Por su parte, Juan Pablo, el cadete que llevó el pedido a la casa de los Messi aseguró que fue el mejor día de su vida. “Sigo sin poder creerlo. Pienso en ese momento y se me vuelven las lágrimas a los ojos”, expresó el joven de 18 años que es hincha de Central.