Carlos Timoteo Griguol era una leyenda en el fútbol argentino por sus logros históricos y trascendencia en clubes de menor presupuesto que los cinco grandes. A los 86 años, murió en la Ciudad de Buenos Aires a causa de una afección pulmonar por la que estuvo internado durante más de tres semanas.
La noticia fue confirmada en Twitter por su yerno, el ex futbolista Víctor Marchesini, este jueves por la mañana. "Se nos fué Timo. Gracias por todo Viejito, imposible no tenerte presente minuto a minuto. Te voy a extrañar. QEPD", escribió.
El “Viejo” Griguol nació en Córdoba en el año 1934 pero por cuestiones del destino y decisiones personales nunca jugó ni dirigió en clubes de su provincia. En 1957 debutó como futbolista en Atlanta y se retiró en 1969 en Rosario Central. En 1959 ganó la Copa América (o Sudamericano, por entonces) como jugador de la Selección Argentina.
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En 1971 se inició como entrenador en las divisiones inferiores del club rosarino y dos años más tarde ganó con Central el Campeonato Nacional de Primera División de 1973, su primer título como director técnico.
Luego de un breve paso por Kimberley (Mar del Plata), llegó al barrio porteño de Caballito para iniciar la etapa más exitosa de la historia del club Ferro Carril Oeste. Estuvo de 1979 hasta 1987, donde consiguió dos campeonatos de AFA.
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Posteriormente tuvo un breve paso como DT de River, donde consiguió la Copa Interamericana en 1987. A mediados de los 90, comenzó su romance eterno con Gimnasia y Esgrima de La Plata: allí tuvo tres ciclos de siete años en total donde, pese a no lograr ningún campeonato, dejó una marca indeleble.
Griguol también dirigió en Unión de Santa Fe, en Tecos de Guadalajara (México) y en el Real Betis (España). Desde 2016 existe una estatua que el club Ferro de Caballito levantó en homenaje a su legado. También lleva su nombre la pensión que la institución tiene para sus juveniles.
Quienes fueron sus dirigidos seguramente recordarán los entrenamientos meticulosos de Griguol y la palmada en el pecho a cada uno de sus dirigidos antes de ingresar a la cancha. De igual forma se acordarán de las entrevistas que se hacían entre los jugadores para mejorar su expresión. El “Maestro”, como también le decían, motivó, incentivó y obligó a cientos de chicos a completar sus estudios. También los instruyó económicamente: les aconsejaba asegurarse el techo antes que el auto. Su legado trascendió los resultados deportivos.
Por qué nunca jugó ni dirigió en Córdoba
Si bien Griguol se inició en 1944 en las inferiores del club Las Palmas (su padre fue uno de los fundadores de la institución del viejo camino a La Calera), Atlanta se lo llevó de muy jovencito al fútbol porteño, donde debutó como profesional.
En una entrevista que Griguol dio a La Voz en 2012, reconoció que en su etapa como juvenil, “Paco” Cabasés, histórico ex directivo de Talleres, lo fue a buscar cuando ya había cerrado su pase al club de Buenos Aires. “’Paco’ me quería llevar. Recuerdo que me decía “la Lechuza”... y “la Lechuza” voló, ja, ja”, recordó.
En la misma nota admitió que la infraestructura de los clubes cordobeses en algún momento representó un obstáculo para su desembarco como entrenador. “Las inferiores son todo. Ahí es donde los clubes deben invertir”, destacó.