“Mi abuela me dice que haga modelaje, pero a mí me das una pelota y yo soy feliz”, dice Pilar Casas con una sonrisa mientras agarra firme el fútbol. Cuando era chica la mandaban a tenis y de lejos veía unas canchas. Se escapó de la clase, dejó la raqueta y su papá la encontró con el equipo de fútbol. En ese momento, y con el importante apoyo recibido de su familia, arrancó su carrera con los botines.
¿Fácil? Claro que no. Ya como una anécdota cuenta que cuando era chica tenía que jugar con jóvenes de la primera en los entrenamientos y que ese no es el escenario ideal para una iniciación deportiva. Hoy su entorno es otro. Forma parte de la primera de Belgrano –el club cordobés que está haciendo una fuerte apuesta al fútbol femenino- y hasta ella misma se sorprende de las condiciones con las que entrenan y juegan.
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Pandemia y TikTok, la fórmula del éxito
“Todo arrancó por estar aburrida en la pandemia, vi que mis videos tenían éxito y le seguí metiendo”, afirma Pili que hoy cuenta con más de 2 millones de seguidores en esa red social.
Sus videos hablan sobre situaciones adolescentes, familiares, su rutina y algún que otro baile. Siempre con una frescura que lleva como sello.
Ante el repentino crecimiento, decidió manejar sus temas de canjes y publicidad con una mánager. Actualmente debe dedicarle horas diarias a su producción de videos como un trabajo cualquiera. ¡Y le va muy bien!
Sus planes a futuro
Si bien Pili está convencida de que el fútbol femenino en Argentina tiene un prometedor futuro, también padece de algunas desigualdades presentes: la falta de contratos, sueldos y por ende, la posibilidad de proyectar una carrera profesional.
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Es por eso que su mente está fija en Europa. Su mayor deseo es vivir y jugar en España. A la pregunta de si prefiere las redes o la pelota, no duda en contestar: “Toda mi vida me preparé para jugar, con la pelota me conecto, el resto es secundario”.