Hace un mes, Lionel Messi desembarcó en el París Saint Germain (PSG). Desde entonces, se encuentra alojado junto a Antonela Roccuzzo y sus tres hijos en el lujoso hotel Le Royal Monceau en la capital francesa.
Sus hijos iniciaron las clases en el nuevo y exclusivo colegio y de a poco intentan apropiarse de esta cultura parisina, dejando atrás las costumbres que adquirieron en Barcelona. Mientras la familia se acomoda a situaciones de la vida cotidiana, buscan un nuevo hogar.
Lo cierto es que creyeron encontrarlo. De hecho, quedaron encantados con un enorme palacio y, cuando todo indicaba que la casa de sus sueños se haría propia, un requisito del propietario decepcionó a los Messi y la negociación quedó trunca.
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¿Qué pasó? Según lo que trascendió, el dueño aumentó 10 mil euros el alquiler, medida que no estaba contemplada en las condiciones generales del contrato. Al parecer, modificó el número cuando se enteró que el interesado en su palacio era el crack argentino.
La Pulga dio un paso atrás y ahora las inmobiliarias iniciaron una batalla para ver quién se queda con el inquilino y quién cumplirá todas sus exigencias. Algo así como un juego al mejor postor.
Cómo era ese palacete
Tiene 2 mil metros cuadrados y está inspirado en el Grand Trianon de 1900. El monumento histórico se llama Palais Rose y cuenta con varias salas de recepción, espacios de entretenimiento y un extenso jardín.
Además, hay cuatro habitaciones en suites, un cine, una sala de juegos, una piscina cubierta de 16 metros con hidromasajes, una cancha de squash y un gimnasio. Pero eso no es todo, hay más: una villa de cuidado, alojamiento para el personal, una casa de huéspedes y garages.