El partido se suspendió por temor a las amenazas recibidas, sobre todo, contra Lionel Messi.
Iba a jugarse solo por una cuestión económica. Israel no es un rival de nivel y el viaje complicaba la logística previa a Rusia, pero AFA había firmado un contrato para cobrar 3 millones de dólares.
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Pero la fuerte presión del Estado de Palestina para que la Selección no juegue en Jerusalén, un territorio históricamente conflictivo y en donde Isreal iba a hacer de local, fue determinante.
De hecho, el presidente de la asociación de fútbol palestino hizo un expreso pedido para que Messi no dispute el amistoso e instó a "quemar todas las camisetas con su nombre y sus pósters".
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De esta manera, el equipo de Jorge Sampaoli llegará con menos roce futbolístico a la Copa del Mundo. El DT buscaría un equipo para jugar un partido en Barcelona, donde actualmente se entrena la Selección.