Teófilo Gutiérrez tiene un buen nombre para protagonizar una novela colombiana. La primera parte, la de pila, tiene fuerza, carácter y es contradictoria y mística (significa amigo o amado por Dios). El apellido tiene un fuerte contendido latinoamericano. La suma hace un buen crédito para ser el tercero en discordia.
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La vida real a veces supera la ficción imaginada. La fama de colombiano continúa relacionándose con el escándalo dentro del campo de juego y en su vida privada. Esta vez fue acusado por un compañero de equipo, el paraguayo Roberto Ovelar, de querer tener una aventura con su esposa.
Gladys Ortega, mujer de Ovelar, integraría el tercer vértice del triángulo amoroso si hubiera accedido a los supuestos llamados y capacidades amatorias del colombiano. De todas maneras, el paraguayo está armando las valijas para emigrar del club a fin de año.
Los medios de Paraguay y Colombia difundieron la filtración de un audio de una conversación de una amiga con Ortega donde se revelan todos los detalles del intento de seducción. Desde la dirigencia del Junior desconocieron el hecho y dijeron que la salida de Ovelar había sido acordada previamente.
"Esposa linda, mía y solo mía, eso eres para mí, la mujer más maravillosa que la vida me pudo regalar, y yo soy el hombre más dichoso porque contigo nada me falta y todo lo tengo", publicó Ovelar en Instagram.
Teo, ex jugador de River Plate, entre otros equipos, no respondió a la grave acusación. "Río de Janeiro" fue la única frase que publicó, acompañadas de emojis de una pelota y dos caritas con sonrisas.