El sueño de un proyecto conjunto entre amigos sufrió un duro golpe este martes en Güemes, Córdoba, cuando dos delincuentes ingresaron al local conocido como El Rincón 779 y se llevaron gran parte de la mercadería. El emprendimiento reúne a tres socios: uno dedicado a la venta de ropa, otro a zapatillas y un tercero que trabaja como barbero. El robo ocurrió pasadas las 9:55 de la mañana.
Según registraron las cámaras de seguridad, los ladrones rompieron una reja con candado, forzaron la puerta y destruyeron parte de una ventana para ingresar. Primero entró uno de ellos para revisar el lugar y luego el segundo, que se quitó una chaqueta de “naranjita” antes de comenzar a cargar la mercadería en varias bolsas. En cuestión de minutos, arrasaron con el trabajo de meses.
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Valentino, uno de los socios, contó a ElDoce.tv que los delincuentes se llevaron casi toda la ropa en exhibición y todas las herramientas de la barbería. Pero lo que más llamó la atención fue el peculiar criterio con el que seleccionaron el calzado: “Se llevaron una sola zapatilla de cada par. Me quedó la otra en la caja, debo recuperar las que faltan para completar”, explicó con frustración.
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El joven, oriundo de Santa Cruz, detalló que su aporte al emprendimiento es la venta de zapatillas de básquet nuevas y seminuevas, un mercado que crece en Córdoba. Había trasladado su proyecto a este local luego de que uno de sus socios le ofreciera un espacio para mostrar sus pares y prendas deportivas. “Era lo que teníamos ahí, lo que veníamos construyendo”, lamentó.
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La violencia del ingreso dejó daños visibles en la estructura del local, que ahora también deberán costear. Además, no es la primera vez que sufren un hecho delictivo: en otra ocasión, también captada por cámaras, alguien se llevó una remera mientras el local estaba abierto.
Este martes al mediodía realizaron la denuncia formal y ahora esperan que las imágenes permitan identificar a los responsables. “Estamos esperando llegar a algo”, dijo Valentino, con la esperanza de recuperar al menos parte de la mercadería. Mientras tanto, los socios intentan reorganizarse y reforzar la seguridad para poder continuar con su proyecto pese al duro golpe sufrido. “Se supone que debería haber un policía a veinte metros en la esquina pero a plena luz del dia”, cerró Valentino.



