La noche del viernes era normal para Emiliana López, una joven cordobesa de 21 años, bailarina profesional y profesora de danzas árabes. Salió a bailar con un grupo de amigos a un boliche ubicado en barrio Alto Alberdi.
Sin embargo, en medio de la música, las luces y la oscuridad, su bebida le hizo dar arcadas. Al tomar un trago, notó que algo pasó por el sorbete y le provocó una inmediata irritación en su lengua, sumado a un sabor muy agrio. De inmediato escupió todo.
Al revisar, encontró un trozo de pastilla que se estaba disolviendo al fondo de su vaso.
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Emiliana descarta que haya sido personal del boliche quien pueda haberle colocado la píldora, ya que minutos antes ella fue a la barra a comprar el espumante e incluso ella misma lo sirvió en su vaso.
Por lo tanto, sus sospechas giran en torno a algún extraño que haya aprovechado una distracción mientras bailaba o saludaba a gente conocida en el lugar. Una foto que se sacó junto a un amigo fue la prueba clave para observar la pastilla dentro de su vaso: ocurrió justo en el instante anterior a tomar el trago que la asustó tanto.
“Tuve miedo y me puse muy nerviosa. Estaba tomando alcohol y no sabía cómo podía reaccionar mi cuerpo. Incluso me ardieron los ojos”, le relató Emiliana a ElDoce.tv sobre lo sucedido en horas de la madrugada de este sábado.
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Además, reveló que también recibió asistencia del boliche, donde le dieron agua y gaseosa para que pueda terminar de quitarse el extraño gusto. Sin embargo, como no tuvo ningún otro síntoma y pese a que sus amigos le ofrecieron llevarla a un hospital, prefirió terminar la noche y volver a su casa.
“No tengo ni idea quién fue, pero me asusté muchísimo. No tomo en exceso ni me drogo, por eso no sé qué tipo de pastilla era”, agregó además la joven, que contó que el resto de la píldora que quedaba en el vaso sólo tardó unos segundos más en disolverse.
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Consultado por este medio, el dueño del local bailable se mostró totalmente sorprendido y alarmado por el caso, del que no había tomado conocimiento porque Emiliana decidió no contárselo ya que no pasó a mayores. “No es un ambiente de drogas ni encontramos personas que las consuman dentro de nuestro local”, aseguró.
Aún alterada por lo que pudo haberle ocurrido, la joven expuso su caso para que sirva de alerta.