Argentina tiene más de 312 mil casos de coronavirus. El Gobierno Nacional extendió el confinamiento, con algunas flexibilizaciones, hasta el 30 de agosto. El país lleva cinco meses en la misma situación por la pandemia. Los controles en los límites interprovinciales siguen siendo estrictos, aún con permisos para circular.
Juan Dottori es dueño de varios viveros en la ciudad de Córdoba. El pasado 1° de agosto, en plena madrugada, salió con destino a El Cadillal, provincia de Tucumán, con todas las autorizaciones que el viaje requería: permisos de circulación y sano (sin virus). Tenía que trasladar mercadería a un cliente. Al llegar a Frías, provincia de Santiago del Estero, los policías apostados en un control le impidieron continuar viaje.
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Pasó toda la noche a la vera de la ruta. Había una larga fila de autos atrás de él en la misma situación. Incluso le pusieron fajas de seguridad a los vehículos. Recién a las 14:00 los escoltaron hasta la próxima ciudad. Pero al llegar a Termas de Río Hondo sufrió un desperfecto con su auto. Otro policía lo llevó "de tiro" hasta un taller mecánico.
Una vez en el taller, decidió tomar un remis para dirigirse a la ciudad tucumana de El Cadillal y cumplir con su trabajo. A pocos metros del paso fronterizo, se bajó porque el conductor temía a que le secuestraran el auto. Caminó hasta llegar al control -del lado de Santiago del Estero- y lo dejaron pasar. Su idea era que el cliente lo buscara. Pero al llegar al cruce con Tucumán, le negaron el ingreso: al tener un permiso para circular con transporte de carga, no lo podía hacer a pie.
"Vuelvo a Santiago del Estero, entre idas y vueltas demoré 20 minutos, y el mismo policía que me dejó ir a Tucumán caminando no me dejó pasar", relató Juan a El Doce. Lo obligaron a quedarse en una playa de camiones hasta que personal de salud lo fuera a buscar para hacer la cuarentena obligatoria por haber ido a otra provincia.
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Después de 15 días aislado en un hotel, le realizaron el hisopado: "Me dio positivo, pero soy asintomático. Estoy seguro que me contagié en el hotel". Por esta razón, lo obligaron a continuar aislado hasta el próximo 30 de agosto. Lleva 20 días encerrado, sin ningún síntoma. El mecánico que lo atendió para arreglar el auto, con quien asegura no tuvo contacto, también fue aislado junto a sus empleados y debió cerrar el taller.
"Cuando llegue a Córdoba me dijeron que tengo que pasar otros 15 días más aislado y van a ser 45 días sin trabajar", se quejó Juan, aún sin entender lo que está viviendo. "Yo voy a cumplir con todo, no quiero infectar a nadie, pero ya suspendí muchos trabajos por esta situación", aclaró. La odisea de Juan aún no terminó.