Sabrina Monteverde es una joven cordobesa, pero antes que cualquier adjetivo, la palabra que la define es “luchadora”. Tiene 22 años, padece fibrosis quística y no baja los brazos en su objetivo por seguir viviendo.
En la noche del miércoles subió un video a su Instagram que en apenas algunas horas sumó cientos de miles de reproducciones. Allí exige poder conseguir el fármaco Trikafta, que recién a fines de 2019 se puso a la venta en Estados Unidos y aún no se consigue en Argentina.
“Acá estoy, peleando por mi vida. Esto es lo único que puede frenar el deterioro de mi cuerpo”, comenta la joven sin poder contener el llanto durante la grabación debido al sufrimiento y el dolor que provoca su condición.
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“Hay algo que podría mejorar mi vida y siento que no lo puedo tener”, agregó además desconsolada y contó que hizo la publicación en un “brote de desesperación”.
El contexto
Trikafta es una "terapia de combinación triple" que en octubre de 2019 se aprobó en Estados Unidos y es el único tratamiento que podría mejorar la calidad de vida de Sabrina debido a la particularidad de su fibrosis quística.
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“Esta medicación es milagrosa”, reconoció la madre de la joven en diálogo con Arriba Córdoba. Gran parte de la familia es profesional de la salud y entre todos lograron estar al tanto de los avances médicos en EE.UU.
Trabas
El freno principal que tiene Sabrina para conseguir el Trikafta es que todavía no está aprobado por la ANMAT. Sin embargo, su padre le contó a El Doce que consiguieron una autorización de “Uso compasivo” para este caso particular, pero ahora todo está en la Justicia de Córdoba.
"Hay algo que podría mejorar mi vida, y siento que no lo puedo tener".
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“Estamos esperando que la Justicia se expida sobre una medida cautelar, sea favorable o no, para poder continuar con el trámite como corresponda. Ya sea en un juicio o directamente para gestionar la importación, que también es un proceso largo”, explicó el hombre.
“Esto me puede garantizar una mejor calidad de vida, pero está todo muy frenado”, lamentó la joven y dijo que ya no puede esperar más. “Pasa el tiempo y la situación se pone cada vez más difícil. Para mí un día es un año”, contó y reveló que al nacer los médicos dijeron que su expectativa de vida era apenas de 8 años.
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Debido a la demora del proceso, la familia Monteverde también hizo extensivo el reclamo a su obra social Apross, para que intervenga e intente costear de manera urgente el tratamiento, que tendría un valor muy elevado en dólares.