A veces lo material está cargado de mucho sentido y sacrificio. La dura situación que atraviesa Victoria, una docente cordobesa de 36 años, es un claro ejemplo: no le robaron solo un auto, le arrebataron la posibilidad de ir a trabajar a cinco escuelas rurales del interior de la provincia de Córdoba para sostener a su familia.
10 minutos fueron suficientes para que dos delincuentes le dejaran un injusto problema y demasiado dolor. La víctima contó a ElDoce.tv que había dejado el vehículo estacionado como todos los días sobre la calle Corrientes al 49, en pleno centro de la Capital y a unos metros de su departamento.
El tiempo que tardaron los ladrones fue preciso. Todo quedó registrado por las cámaras de seguridad de otro edificio de la cuadra. “Mi departamento no tiene cochera y no puedo pagar una porque me sale 10.000 pesos por meses y no la puedo pagar”, lamentó la víctima.
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El hecho ocurrió este lunes a las 20. Al día siguiente, cuando se dirigió al auto para viajar Victoria descubrió que ya no estaba. Si bien mencionó que su Volkswagen Gacel modelo 93 tenía traba volante, corta corriente y todas las puertas cerradas, se lo llevaron con total impunidad.
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La victima aseguró que hizo la denuncia correspondiente en el Ministerio Público Fiscal y aún aguarda novedades. Y sostuvo: “Sabían mis movimientos porque siempre estaciono el auto ahí hace seis años. Ahora voy a presentar los videos que tengo”.
Victoria contó que es mamá primeriza de un bebé de siete meses y que su pareja no tiene un trabajo formal. “Esta es mi única fuente de trabajo y la necesito”, expresó angustiada.
Sin trabajo
Victoria trabaja hace diez años como profesora de teatro en distintas escuelas rurales del interior, a las cuales solo se puede asistir en vehículos particulares porque no existe otro medio de transporte. Precisó que actualmente es titular en cinco establecimientos y asiste de lunes a viernes todas las semanas.
La docente manifestó su temor de quedarse sin trabajo. Si bien aseguró que desde las escuelas empatizaron con su situación, le expresaron que no pueden darle una solución.
“Yo tenía como ir a trabajar, pero me lo arrebataron de las manos”, lamentó.