Eran las 6:00 de la madrugada del domingo, segundo día del estricto confinamiento por la pandemia del coronavirus. Sin embargo, parece que eso tampoco es un impedimento para que los ladrones salgan a delinquir.
Una joven estaba durmiendo cuando su perro comenzó a ladrar al escuchar ruidos extraños. La puerta de su habitación estaba cerrada con llave. Es tal el miedo, que vive encerrada.
"Sentí que jugaban con el picaporte. Puse las dos manos en la puerta y empecé a gritar", recordó la víctima en diálogo con Telenoche. Inmediatamente le avisó a un familiar y llamó a la Policía.
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"Escuché que estaban hablando deliberando si se quedaban o se iban", continuó relatando. Fue en ese entonces que decidió seguir escondida en su dormitorio mientras pedía a los oficiales que llegaran rápido.
"Me hice un bollito en el piso. Se me cruzaron un monton de cosas en la cabeza", aseguró con la voz quebrada. "Me molesta tener que estar agradecida de que no me pasó nada ni me robaron. No puedo tener miendo en mi propia casa, que tiene más seguridad que un banco", manifestó con bronca.
"Las restricciones son para los tarados que nos quedamos en casa trabajando. Es una mierda", lamentó la joven que ya no sabe cómo vivir tranquila.
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