A Antonella Ferreyra no se le borra la sonrisa de la cara. La nena de cinco años, que nació con espina bífida y nunca pudo caminar por sus propios medios -aunque espera lograrlo en un futuro-, recibió su primera bicicleta adaptada y ya pedalea con sus manos.
Hace un año, la historia de Anto se conoció porque sus amigas del jardín de infantes la ayudaron a lavarse las manos. Hoy, su mamá está orgullosa y feliz de ver a su hija haciendo deporte y movilizándose por sus propios medios, por lo que compartió la noticia a través de El Doce y Vos.
"Está fascinada con su bici, en pocos días le agarró la mano", afirmó Nidia en diálogo con ElDoce.tv. "Lo cuento para dar fe de que se puede. Para ella es independencia, socialización y realización propia. Se puede movilizar y compartir algo con los demás", agregó.
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Cuando Anto crezca, dejará la bici para que otra persona la use y ella recibirá otra de su tamaño. El vehículo es clave para que la pequeña pueda cumplir su próximo sueño: caminar. "Empezó con la rehabilitación a los 40 días de vida y yo sé que un día va a poder caminar", expresó Nidia.
Jean Maggi, el gran responsable
Luego de alcanzar la cima del Himalaya (la cordillera más alta del mundo) en su bicicleta adaptada, el deportista aprovechó la repercusión que tuvo su hazaña para ayudar a otros en su situación. "Yo estaba preso en mi cuerpo y la bicicleta me cambió la vida, por eso decidí lanzar la fundación", contó el ciclista a ElDoce.tv.
"Yo estaba preso en mi cuerpo y la bicicleta me cambió la vida", afirmó Jean Maggi.
El 24 de octubre, la ONG del cordobés de 55 años entregó más de 75 bicicletas. Y Anto fue una de las beneficiarias. "Cuando me buscan para dar charlas para empresas, pido que me den bicicletas que luego las entregamos una vez por año. Esta fue la segunda vez que lo hicimos", señaló Maggi, cuyo logro dio la vuelta al mundo. "A algunos chicos los llevamos a maratones y les conseguimos becas universitarias", añadió.