Una adolescente de 16 años subió a un auto creyendo que era un vecino. Él le dijo que era del mismo barrio. Al advertir que no era quien pensaba, se asustó. Ahí comenzó el ataque. Las puertas estaban trabadas. Bajó la ventanilla y se tiró cuando el vehículo estaba en movimiento.
Sufrió múltiples lesiones y fracturas. Sumado al pánico de volver a salir a la calle, sabiendo que el agresor aún no fue detenido.
Sucedió el miércoles 8 de febrero alrededor de las 20:00 avenida 5 de Octubre en Unquillo. Según relató la familia de la chica, los vecinos de Cabana, barrio ubicado a pocos kilómetros de la localidad de Sierras Chicas, acostumbran a “hacer dedo” y a ayudarse entre ellos en los traslados porque “no hay colectivos urbanos”.
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“Un Corsa color gris manejado por un hombre de tez morena, de 40 años aproximadamente, se frena y la levanta diciendo ser un conocido del barrio”, detalló una prima a ElDoce.tv. Ya arriba del auto, la adolescente “se da cuenta que no es quien piensa, el auto no detiene la marcha, acelera y traba las puertas comenzando un forcejeo”.
Según continuó relatando la prima, el hombre, al que acusó de ser un “secuestrador”, mientras “con una mano le tapaba la boca y golpeaba, con la otra manejaba por el camino que lleva al Pan de Azúcar”. En medio de los “manotazos”, la menor “logró bajar la ventanilla, meter sus piernas para luego tirarse con el auto en movimiento”.
Después del tormento que atravesó la chica de 16 años, debió ser asistida por las lesiones en su cuerpo. La prima reveló que está con cuello ortopédico, tiene un brazo quebrado, heridas en las piernas y hematomas en la cara.
La confirmación de la Policía
ElDoce.tv se comunicó con la Departamental Sierras Chicas y, de acuerdo a lo detallado por el comisario mayor Cristian Bringas, el atacante no fue identificado, pero sí cuentan con registros fílmicos y “otras pistas fuertes” podrían descubrir quién es.
Bringas señaló que la adolescente de 16 años “se encontraba en una parada de colectivo urbano y su casa estaría ubicada a 300 metros”. Fue en ese instante en que un vehículo “que no conoce” frenó y le ofreció acercarla a su vivienda. “Ella aceptó, no fue a la fuerza”, expresó el comisario.
“Todo bien en el transcurso de los 300 metros, pero cuando se da cuenta de que se pasó de su casa, ella sospecha, se produce un forcejeo y se larga con el vehículo en movimiento”, agregó. El conductor siguió su camino.