"Todos los santos días rompen los vidrios". Ese es el reclamo que llegó a El Doce y Vos desde la transitada calle Tejeda.
Aprovechando la cantidad de gente que para a almorzar o cenar en los restaurantes, los delincuentes hacen estallar los vidrios y se llevan lo que encuentran adentro. El arreglo, solo contando lo que valen los cristales, sale varios miles de pesos.
Es más: una foto deja en claro que los robos ocurren sin pausa. En el pasto, se pueden ver a simple vista los restos de vidrios de víctimas pasadas.
Por ahora, no se ven guardias de seguridad, policías y solo un naranjita que llega por la noche puede evitar algunos robos más.