Al costado de la ruta que va desde Saldán a La Calera, se encuentra el taller de Santiago Rubait. Carpintero desde que tiene memoria se instaló en Córdoba en 1985 con su arte.
Una pasión que se pasa de generación en generación. El abuelo y el papá de Santiago escaparon de Alemania en medio de la Segunda Guerra Mundial en busca de un futuro mejor en Argentina.
“Mi viejo carpintero y mi abuelo también carpintero. Los corrió la guerra y tuvieron que abandonar todo. Era una cosa impresionante escuchar estas historias y ahora con lo que está pasando en el mundo (guerra en Ucrania) parece que volvemos a estos temas”, reflexionó en Seguimos en El Doce.
El primer lugar donde se asentaron fue en la pequeña ciudad de Tostado en la provincia de Santa Fe, pero una gran inundación obligó a Santiago a mudarse con toda su familia. En Córdoba logró reinventarse y seguir haciendo lo que más le gusta para vivir: muebles de madera.
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Ahora, dos de sus hijos siguen el oficio de hacer arte con la madera. Cada automovilista que pasa por el costado de su lugar de trabajo le toca la bocina y lo saluda con mucho cariño. Santiago y sus muebles, son un clásico del lugar desde hace mucho tiempo.