Cuando un niño se aferra a un juguete, nadie puede imaginar lo que significa hasta que lo pierde. En medio de ese momento de llanto desesperado, los intentos de calma nunca llegan si la única salida que se encuentra es con el reemplazo de otro juguete.
La historia de una niña cordobesa es un claro ejemplo. Pía disfruta los momentos de cancha con su papá, Jeremías Mansilla Fernández, de quien heredó su fanatismo por Talleres. En el último partido del albiazul en el Kempes, donde le ganó 1-0 a Godoy Cruz, la pequeña se fue muy triste.
En el momento en que gritó con mucha alegría ese gol agónico de Sebastián Palacios, perdió su mochila de oso, la que la acompañaba en cada salida. Su papá hizo todo lo posible por encontrarla, por eso hizo un llamado a la solidaridad a través de las redes sociales.
Nunca imaginó que esa publicación fuera tan compartida, incluso por aquellos simpatizantes de otros clubes. “Hinchas de Instituto, Belgrano y demás, compartieron la imagen solamente para colaborar. Creo que como sociedad no hemos perdido todo “, escribió Jeremías.
Esa viralización tuvo el mejor y esperado final. Darío Augusto Balán y su familia cuidaron de ese oso que tanto ama Pía y tan “fundamental es en sus días de canchas”. El reencuentro fue y será inolvidable.