En muchos barrios de la ciudad de Córdoba, donde la ayuda del estado llega a cuentagotas, son otras organizaciones o instituciones sociales las que responden a la demanda de los vecinos.
Es el caso del colegio Haroldo Andenmatten, una escuela evangélica que atiende a una comunidad educativa de 700 alumnos.
“Son 160 alumnos (del secundario), 30 docentes y en total una población de 700 alumnos que nosotros atendemos en esta zona, que es una zona marginal de la ciudad, es una zona roja”, cuenta Rubén Amestoy, pastor y representante legal del colegio.
La cuarentena provocó que las puertas del colegio estén cerradas aunque las clases continúan de manera virtual. Sin embargo el golpe económico que representa la pandemia a todos los sectores de la población complica aún más las cuentas de una institución que no recibe ayuda estatal.
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“En el año 2016 comenzamos con este esfuerzo, nosotros previamente con todos los aportes de primaria e inicial fuimos armando un pequeño ahorro, teníamos la expectativa que en dos o tres años pudiéramos acceder a las autoridades como para que nos apoyaran en este esfuerzo”, cuenta Rubén en referencia al último ciclo que lograron incorporar que es el nivel secundario.
Ese es precisamente el que hoy está en riesgo para el año que viene según lo cuentan las propias autoridades de la escuela: “Hoy estamos en este clima de pandemia, en quinto año con el peligro de que la escuela tenga que cerrar”.
La zona cuenta con familias humildes que buscan en estos espacios contención, educación y hasta la posibilidad de una salida laboral. Junto con los padres lograron desarrollar un proyecto que incluye tecnología y robótica.
Por el componente socioeconómico, es impensado subir el costo de la cuota: “Nosotros necesitamos la subvención del estado, sin eso no podemos continuar, no hay forma porque no podemos cobrar una cuota más alta y no podemos garantizar el próximo año lectivo”, cuenta otra de las integrantes del equipo de trabajo de la institución.
Según cuentan los directivos, el colegio cuenta con las aprobaciones pedagógicas de los cuatro primeros años del secundario y tienen en trámite el de quinto pero nunca tuvieron respuesta sobre los pedidos de ayuda económica.
Rubén es contundente en su pedido: “En este momento lo que necesitamos es que las autoridades se sensibilicen y nos digan sí o no porque nosotros no podemos prometerle a los padres comenzar un ciclo lectivo donde nuestros alumnos van a quedar sin banca a mitad de año porque no vamos a poder asegurar la continuidad”
Lo que piden los padres
Esta mañana, los papás y las mamás de los estudiantes se acercaron a la institución con carteles que piden por la continuidad del secundario.
“Pensar que el año que viene mi hijo no pueda acceder a esta institución escolar, tiene que ver más con el proyecto educativo y aparte con la organización familiar, tenemos que salir a buscar una escuela nueva, que el chico se vuelva a insertar en otro ámbito, en otro contexto, viajar, no sabemos cómo va a ser, me parece que la comunidad merece una respuesta”, dice una de las mamás presentes.
Por ahora el peligro de cierre es para el nivel secundario. La primaria no corre riesgo.
+ VIDEO: La entrevista completa a la comunidad educativa del Colegio Haroldo Andenmatten: