Octavio Pedicino y Leonel Romero tienen 27 años. Uno es fotógrafo y productor audiovisual y el otro ingeniero en sistemas. Juntos, emprendieron el viaje de sus vidas. No se tomaron un avión ni agarraron un auto. Lo hicieron en sus bicis. Octavio lo cuenta en esta nota:
"No es para nada simple abandonar la seguridad que aparenta lo conocido. Crecemos formados por escuelas que nos dicen que la vida se desarrolla calculadamente entre estudios primarios, secundarios, terciarios, trabajo, auto, casamiento, casa, hijos y de vuelta la historia. Siempre entregados a una rutina sin fin que acaba justo cuando ya pocas fuerzas quedan de probar demasiadas cosas nuevas. Aunque claramente, no es la única opción".
"La suerte, el destino o lo que sea me cruzó con mi amigo y compañero de viaje. Leo tenía las mismas inquietudes y me propuso hacer un viaje por Latinoamérica pero con la particularidad de hacerlo por un medio que no había imaginado hasta ese momento, una bicicleta. El 24 de septiembre de 2016 comenzó el viaje".
"Si bien no había un orden establecido en nuestro recorrido, siempre apuntamos al norte, nuestro objetivo era llegar a Colombia conociendo cuanto podamos en la ruta. Así fue que, aunque difícil al principio, llegamos a Jesús María, Deán Funes, Lucio V. Mansilla... y cuando nos descuidamos ya estábamos en otra provincia. Y otra, y otra, y otra..."
"Hacer el viaje en bicicleta hace de esto algo más espectacular. Llegar a cualquier lugar no es sólo llegar. Es lograrlo. Cada travesía se convierte en un desafío donde es necesario dejar lo mejor de uno en cada metro que se avanza. No siempre es fácil y las subidas o el viento en contra se transforman en una compañía que requieren de mucha más cabeza que estado físico para superarlos".
"En Bolivia conocimos Tupiza, Uyuni (la ciudad más próxima al salar más impresionante que vimos), después cruzamos los tres cordones montañosos que separan a esta ciudad de la emblemática Potosí, Sucre, Cochabamba, Oruro y La Paz".
Mirá el timelapse que realizaron de Cochabamba:
"En La Paz comenzamos a viajar con dos grande amigos que conocimos. Adam y Fabio. Inglés el primero y brasileño el segundo. Juntos conocimos el lago Titicaca y la tremenda ciudad de Copacabana".
"Pasando la navidad continuamos y llegamos a Perú. Puno fue la ciudad elegida para vivir el año nuevo. Varios días después comenzamos a meternos bien dentro de este país".
"El frío y la temporada de lluvias nos obligaron a descender de las verdes montañas hasta el cálido, seco y árido desierto que finalmente termina en el océano Pacifico. Pisco y Paracas nos tuvieron como visitantes algunos días. Conocimos al fin la ruta Panamericana sur. Una autopista costera que atraviesa el profundo y estéril desierto peruano".
"Sin embargo, las lluvias fuera de control en Trujillo desbordaron las quebradas y las aguas fangosas invadieron la ciudad. En tan solo nueve días la naturaleza demostró que no somos un impedimento para sus designios".
"Hoy, desde aquí pienso y siento que no hay límites, que los límites son propios y que en todos los aspectos, las cosas realmente grandes solo son para aquellos que vencen sus miedos y se arriesgan a dar el gran salto. Lo desconocido es menos peligroso de lo que parece y es preciso saber que esas superaciones ponen en acción mecanismos misteriosos que nos cruzan con las personas y los eventos indicados en el momento adecuado".
Mirá la galería de fotos del viaje.