Salió a la calle, cargado de ilusiones y esperanzas, con muchas ganas de conseguir trabajo. Sin imaginarlo, llegó a la persona indicada, quien a pesar de admitir no poder brindarle un puesto, se solidarizó para hacer lo imposible a que su objetivo se cumpliera.
Un joven de 21 años, con una camisa, pantalón y peinado prolijamente, se presentó en un local comercial ubicado sobre 9 de Julio, entre Rivera Indarte y San Martín, esperó su turno para ser atendido y llegado el momento, preguntó si estaban buscando empleados.
"Te digo la verdad, no tengo dinero ni siquiera para impirmir un currículum"
Eugenia, encargada del mostrador, lo atendió amablemente, a pesar de que el viernes con el calor y la llegada de la primavera, el lugar estaba saturado de gente. "Me preguntó si estábamos tomando personal y le respondí que por el momento no, pero le pedí que me dejara su currículum vitae de todas formas", relató a ElDoce.tv.
Carlos, tal como se presentó, puso sus manos en el pecho y se sinceró: "Te digo la verdad, no tengo dinero ni siquiera para impirmir un currículum". Esa respuesta y su mirada cargada de desesperación, conmovió a la mujer y no dudó en ayudarlo.
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Le ofreció un papel para que dejara sus datos, pero él le dijo que había llevado su cuadernito. Sentado sobre una de las mesas del local, tomó dos lapiceras, una azul y otra negra, y escribió en una hoja de cuaderno escolar los datos personales más importantes. "Lo veía sentadito y se me partía el alma", expresó emocionada.
Cuando el joven se retiró, Eugenia le contó rápidamente a su jefe porque sentía la necesidad de hacer algo por él. Fue así como le puso "una carita feliz" para llamarlo cerca de Navidad y reforzar esos días donde las ventas crecen.
"Qué importa que no tenía para imprimir, si lo que quiere y necesita es trabajar", indicó luego de compartir a través de las redes sociales el CV para que otros cordobeses con grandes corazones también lo ayudaran.