Tiene 17 años y está internado en terapia intensiva en el Hospital de Niños desde el 31 de enero, tras ser sometido a una cirugía de cerebro que duró diez horas. El estado de salud del adolescente es crítico.
Desde entonces, su mamá Marisol lo acompaña las 24 horas. Nunca se fue de su lado y duerme en una reposera y se tapa con una colcha. “Estoy aquí, al lado de él, no me he movido para nada”, aseguró a Arriba Córdoba con la voz quebrada.
Es de Carlos Paz y no puede viajar todos los días. Afortunadamente recibe la ayuda del hospital, de sus vecinos de la villa serrana y de desconocidos que se acercan para darle comida, ropa e incluso contención.
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En su rostro, se observa el cansancio. Pero Marisol no se da por vencida. “Me piden que lo desconecte y yo no, porque la última palabra la tiene Dios”, manifestó. “Para mí todavía hay esperanza para mi hijo”, insistió.
Confesó que su vida es “durísima” porque “tiene que sacar fuerzas de donde sea”. Hace 17 años que es fuerte, debido a la enfermedad de su hijo. “Todos los días hay una complicación”, reveló, pero aún no pierde las esperanzas. Seguirá a su lado “hasta el último momento, hasta que Dios diga qué va a hacer con él”.
Teléfono para ayudar a Marisol: 3541-677278