La profanación de tumbas fue denunciada el año pasado por una empleada municipal. Los expertos en la materia lograron determinar que existen 3 fosas comunes, épocas de inhumaciones, planillas gemelas en el sistema de cremación y un negocio inmenso de comercio con la muerte. Se descubrió una gran cantidad de estructuras óseas en distintos estratos de tierra de distintas épocas. Trabajaron más de 25 personas con una máquina retroescavadora. Clara Rosa Martín, la denunciante, manifiesta estar en una contradictoria situación entre la tranquilidad, una vez demostrado el horror en el camposanto, y el recuerdo de los momentos aberrantes que le tocó vivir, incluida la persecución constante de quienes cometían en su momento los delitos.
La Justicia no ha podido calcular aún cuántos cadáveres estuvieron involucrados en el ilícito pero se estima que son más de 300. Lo que antes fue solamente una sospecha ahora tiene datos reales que comprueban la existencia de una mafia que se dedicaba a estafar a los deudos. Los negocios fueron tantos que las especulaciones son muchas, tales como si Facundo Rivera Alegre estuvo incluido en él. Se ha pedido que se investigue si cuerpos judicializados formaron parte de los negociados. Se han aportado datos, apellidos y cargos que son secreto de sumario y ahora será la Justicia quien deslinde responsabilidades.
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