Seis meses después de pedirle a los familiares que paguen, y sin haber llegado a un acuerdo, el dueño del estacionamiento solo quiere que se lleven el automóvil de una vez por todas. Como dato curioso, las autoridades del Museo de la Industria ofrecieron comprarle el auto para su exposición, pero el Peugeot continúa siendo propiedad privada, por lo que debe quedarse en el mismo estacionamiento hasta que se resuelva su situación.