Ahí, aparte de la formación teórica, todos los días a la madrugada, los futuros jueces deben realizar trabajos comunitarios en las playas de Río de Janeiro.
Este método de enseñanza había sido formulado por un sociólogo, quien básicamente quería estudiar cómo ponerse en los zapatos del otro.
Entonces, ¿cómo se puede llevar la iniciativa al suelo argentino? Es muy simple: Que los jueces pasen una noche en Bouwer, que establezcan contacto con los presos, y que formen parte -por esa noche- del sistema penitenciario cordobés.
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