Durante el discurso de cierre que dio Cristina Kirchner, el cual se puede debatir si fue violento o no, ella dejó en vista un gran problema que tiene el sistema de justicia argentino: Se juzga a las personas por su color político, y no por los hechos. ¿Por qué se la juzgó recién después de haber terminado su presidencia? ¿Por qué la justicia tardó unos 20 años en juzgar a Menem? Y si nos vamos a la actualidad misma, ¿Por qué no se lo juzgó a Macri todavía, teniendo varias causas abiertas?
A la justicia argentina no le interesa hacer justicia, sino que le interesa pasar factura, hacer chicanas, y estar al servicio de la grieta.
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