Por lo que ahora pedimos a los cardiólogos marchar hacia el congreso y la casa rosada, para verificar si aquellos que forman parte de la dirigencia política siquiera tienen un corazón.
Un proyecto de ley sin empatía
Por lo que ahora pedimos a los cardiólogos marchar hacia el congreso y la casa rosada, para verificar si aquellos que forman parte de la dirigencia política siquiera tienen un corazón.