Mientras continúa con la recuperación de su salud, el papa Francisco asomó este domingo al balcón de la basílica de San Pedro para desear una “buena Pascua”, a la vez que abogó por la libertad religiosa en busca de la paz en el mundo.
El pontífice argentino se movilizó en una silla de ruedas, ya sin cánulas de oxígeno visibles. En la oportunidad dio la bendición Urbi et Orbi, luego de la misa pascual que estuvo oficiada por el cardenal Angelo Comastri.
Después de saludar a los 35 mil fieles congregados en la plaza de San Pedro, el Papa delegó la lectura de su mensaje en el maestro de ceremonias Diego Ravelli.
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“No puede haber paz sin libertad de religión, libertad de pensamiento, libertad de expresión y respeto por las opiniones de los demás”, enfatizó en el comunicado.
A sus 88 años, Francisco esta vez estuvo ausente en la mayoría de las ceremonias de Semana Santa debido a que se encuentra en plena recuperación luego de haber estado 38 días internado por una neumonía bilateral. El pasado 23 de marzo recibió el alta y desde entonces tuvo apariciones esporádicas.
