Un bebé nacido el pasado 26 de julio en Ohio sorprendió al mundo por la singular historia que lo precede: fue concebido a partir de un embrión que estuvo congelado durante más de tres décadas, convirtiéndose así en uno de los nacimientos más extraordinarios registrados hasta ahora.
Thaddeus Pierce llegó al mundo casi 31 años después de que el embrión que lo originó fuera creado en mayo de 1994. Su caso generó repercusión internacional, tanto por el tiempo que permaneció criopreservado como por los lazos familiares inusuales que rodean su historia: tiene una hermana biológica de 30 años y, por ende, es tío de una niña de 10 desde el momento en que nació.
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El embrión fue concebido originalmente por Linda Archerd y su entonces esposo, quienes recurrían a la incipiente técnica de fertilización in vitro tras años de intentos fallidos de tener hijos. De ese procedimiento resultaron cuatro embriones; uno fue implantado con éxito y dio lugar al nacimiento de una hija, mientras que los otros tres fueron almacenados criogénicamente.
Con el tiempo, Archerd se divorció y decidió donar los embriones restantes al programa cristiano Open Hearts, dedicado a conectar a donantes con familias que anhelan concebir. A través de esa red conoció a Lindsey y Tim Pierce, una pareja de Ohio que llevaba siete años intentando ser padres sin éxito.
Lindsey y Tim, de 35 y 34 años, respectivamente, se sintieron conmovidos por la historia de Linda y aceptaron la donación. Un dato curioso agrega otra capa emocional a esta historia: cuando el embrión de Thaddeus fue creado, su padre apenas era un bebé de pocos meses. Tres décadas más tarde, ese mismo embrión dio lugar a su primer hijo.
Más allá del hito biológico, la historia de Thaddeus despierta reflexiones sobre los alcances de la ciencia reproductiva moderna. Su nacimiento no solo trajo alegría a sus padres, sino que también pone sobre la mesa cuestiones éticas y médicas sobre la duración de la criopreservación humana y los vínculos que se generan a través de estas técnicas.
“Es algo surrealista, cuesta asimilarlo”, reconoció Linda Archerd al hablar sobre este emotivo capítulo de su vida.