La conmoción en Uruguay no cesa tras el crimen que estremeció a todo el país. Andrés Morosini (28) fue hallado muerto junto a sus hijos Alfonsina (2) y Francisco (6) en el arroyo Don Esteban, en Young, después de tres días de búsqueda desesperada. Según la investigación, el hombre secuestró a los niños y los mató para después suicidarse.
Una semana después del aberrante episodio se conoció un audio que envió a un familiar el mismo día del secuestro y que refleja la perturbadora decisión que había tomado.
En el mensaje, Morosini expresó: “Ya está. Esto no tiene solución. Mi cabeza está podrida. Mis hijos son los que más amo. No tengo vuelta. Y no puedo irme de este mundo sin ellos. Sé que nunca me vas a perdonar”, según publicó el diario El País de Uruguay. La grabación se convierte en una de las pruebas centrales en la causa judicial.
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El hombre también reveló en ese contacto que había atravesado intentos previos de suicidio y que se encontraba en una situación de deterioro extremo. “Yo no quiero lastimar a nadie, pero no tengo opción”, aseguró, al tiempo que contó que llevaba varios días sin comer y que su mente estaba dominada por pensamientos oscuros.

Para los investigadores, el episodio no se trató de un impulso sino de un plan premeditado. La fiscalía trabaja bajo la hipótesis de un femicidio vinculado, es decir, un ataque contra los hijos como forma extrema de violencia hacia la madre, en este caso su expareja Micaela Ramos, quien había denunciado desesperada que el hombre se había llevado a los pequeños por la fuerza.
La tragedia se desencadenó el miércoles 3 de septiembre por la noche, cuando Morosini irrumpió en la casa de su ex y se llevó a los niños en un auto. El viernes, tras un intenso operativo policial con participación de buzos de la Armada y alertas de Interpol, encontraron el vehículo hundido con los cuerpos adentro.