Una insólita confusión en Madrid terminó involucrando a una portera y a la Policía Nacional de España en una investigación por tráfico internacional de arte. Dolores, una mujer de 68 años, encontró un misterioso paquete embalado en el pasillo del edificio donde trabaja, en el barrio de Chamartín.
“Como nadie reclamaba el bulto, lo levanté y lo llevé a portería para resguardarlo”, contó a la cadena RTVE. Creía que se trataba de un espejo olvidado. Sin embargo, semanas después, agentes de la Brigada de Patrimonio Histórico fueron a buscarla. El paquete resultó ser una obra original de Pablo Picasso valuada en 600 mil euros. Una verdadera joya artística.
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La pintura, titulada “Naturaleza muerta con guitarra” y fechada en 1919, debía haber sido trasladada desde Madrid hacia una muestra de arte en Granada junto con otras 55 piezas. Pero el 6 de octubre, los organizadores denunciaron que una de las obras nunca llegó a destino. La Policía Nacional descubrió luego que se trató de un error logístico, originado por un descuido de los transportistas, que dejaron el paquete en el pasillo del edificio, y de los encargados de control, que no numeraron correctamente los envíos.
Durante la investigación, tanto Dolores como su esposo Armando fueron interrogados al ser considerados sospechosos de participar en el robo, hasta que finalmente se comprobó su inocencia. “Me siento feliz de haber salvado el cuadro”, expresó la mujer aliviada tras ser liberada de toda sospecha.
La obra fue devuelta a sus propietarios sin daños y el caso cerró como una de las anécdotas más insólitas en la historia reciente del arte europeo.