La historia de Gianni Dante Bettiga, un fueguino de 23 años, conmueve a todo el país. Lo que comenzó como un proyecto de estudios en Rusia se convirtió en una pesadilla: el joven, que había viajado para aprender el idioma y cursar en la Universidad de Ekaterimburgo, terminó enrolado en el Ejército ruso y combatiendo en la guerra contra Ucrania.
Gianni había llegado al país euroasiático con un sueño: perfeccionar su ruso y conocer una cultura que lo fascinaba. Sin embargo, su destino cambió cuando dos compañeros brasileños lo convencieron de inscribirse en una empresa privada que reclutaba soldados. Le prometieron un sueldo mensual y la posibilidad de obtener residencia permanente, pero el contrato, redactado en ruso, explicaba que, en lugar de un año de servicio, su compromiso era por tres.
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Según contó su padre, Juan Bettiga, el joven fue trasladado a Moscú para un entrenamiento militar de apenas dos semanas. A la tercera, lo enviaron a Donetsk, el territorio ucraniano ocupado por Rusia.“Mi hijo nunca tuvo nada que ver con la vida militar. No sabe usar un arma. Vivió toda su vida en Ushuaia y no podemos creer que esté pasando por esto. No duermo esperando que se comunique”, relató a Clarín.
El 25 de agosto Gianni fue oficialmente enrolado, pero recién a fines de septiembre le confesó a su madre lo que estaba viviendo. En los pocos momentos en que logra conexión, le escribe mensajes desesperados a su familia. “Estoy en el frente de batalla. Quiero volver a la Argentina, pase lo que pase. Ya no me interesa este país. Por favor, hagan algo para sacarme de acá. Te amo, pa”, le escribió en uno de sus últimos contactos.
Una vida entre ratas, frío y miedo constante
Desde el frente, el joven describe condiciones extremas. “Duermo en una bolsa de dormir en un galpón lleno de ratas. A veces se me meten adentro de la bolsa. Estuve seis horas en un tanque hasta que un bombardeo nos obligó a evacuar. Pasamos toda la noche en un bosque, a oscuras, sin saber si íbamos a sobrevivir”, contó.
En otra conversación, le confesó a su padre el temor que lo atormenta: “No le tengo miedo a morir, porque es un instante y listo, pero sí tengo miedo de perder un brazo o una pierna”.
La familia, desesperada
Los padres de Gianni iniciaron una cruzada diplomática para lograr su regreso. Se contactaron con embajadas, legisladores y hasta con el Ministerio de Defensa ruso, al que enviaron una carta solicitando su liberación.
En el mensaje, Juan explicó que fue diagnosticado con cáncer de hígado y necesita la presencia de su hijo para enfrentar el tratamiento. “No voy a empezar la terapia hasta saber que mi hijo está a salvo. La enfermedad no espera, pero él sí”, dijo conmovido al mencionado medio.