La comunidad conservacionista mundial enluteció tras la muerte de Hasiya, la tigresa que fue abandonada hace poco más de un mes al frente del zoológico Ática, en Atenas (Grecia). La cachorra de cuatro meses tenía 30 fracturas en todo el cuerpo y padecía problemas genéticos incurables.
Tras consultar a especialistas de distintos países y realizarle varios estudios, las autoridades recomendaron de manera unánime practicarle una eutanasia y terminar con su sufrimiento.
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“La pequeña Hasiya partió sin dolor, en el lugar donde permaneció todo este tiempo y entre las personas que la cuidaron, la amaron y se unieron mucho a ella durante estas seis semanas”, comunicaron a través de redes sociales desde el zoo.
Hasiya fue encontrada debajo de un contenedor de basura el 28 de febrero. Además de las quebraduras mencionadas, tenía alfileres clavados en sus patas. En ese entonces, desde el Ministerio de Medio Ambiente comentaron que "cada respiración" que hacía le generaba fuertes dolores.
De momento se desconoce el origen del animal. Sin embargo, las cámaras de seguridad captaron el momento exacto en que un auto lo abandonó. La Policía está buscando a los culpables del maltrato animal pero de momento no hay detenidos.