El 13 de enero de 2012, el mundo se conmocionó ante la noticia. El gigantesco crucero Costa Concordia naufragó con 4.229 personas a bordo frente a las costas italianas de la isla de Giglio.
El saldo del accidente fue la muerte de 32 personas y la investigación comprobó que fue ocasionado por negligencia del capital italiano Francesco Schettino, quien acercó indebidamente el barco a las costas de la isla. Pero lo que sumó mayor indignación fue que Schettino abandonó el barco tras el naufragio. Luego, la justicia lo condenó a 16 años de cárcel.
El barco quedó semihundido hasta que, el 23 de julio de 2014, fue remolcado por varias embarcaciones durante 280 kilómetros hasta el puerto de Génova. Antes de ser desmantelado, el fotógrafo alemán Jonathan Danko Kiełkowski logró llegar hasta el crucero para tomar fotografías para la agencia White Press. Hay imágenes de los salones, el casino y uno de los bares, donde, sobre una mesa, se ve un pocillo de café.
El Costa Concordia contaba con 1.500 camarotes (500 con terrazas privadas), 58 suites, teatro, casino, discoteca, cuatro piletas, cinco jacuzzis, cinco restaurantes y 13 bares.