Tenía todo planeado y cometió el delito a la perfección. Como si se tratara de una película de terror, pero en la vida real. Aubrianne Moore (28) fue la autora intelectual y del homicidio, un crimen sangriento que perturbó a toda la comunidad del estado de Michigan, Estados Unidos.
La mujer falsificó un pedido médico, se presentó en el colegio al que acudían sus tres hijas y las retiró. Sin embargo, las autoridades de la escuela jamás imaginaron que sería capaz de semejante hecho. A bordo de su auto, las trasladó hasta un boque, sacó un rifle de caza y las mató a sangre fría.
Luego, puso cada uno de los cuerpos de las pequeñas Kyrie Rodery (8), Cassidy Rodery (6) y Alaina Rau (2) en el baúl del vehículo. Regresó a la ciudad, fue hasta la casa de su novio y se quitó la vida. Horas más tarde, su pareja y padre de la nena de dos años se encontró con una escalofriante escena.
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De acuerdo a lo que informaron los medios locales, Moore sufría psicosis paranoide y alucinaciones visuales y auditivas. Según revelaron las autoridades, que habían solicitado que fuera internada en un psiquiátrico, encontraron varias cartas en la vivienda con la que intentarán entender las circunstancias. “Probablemente creía que estaba protegiendo a las niñas de algo”, concluyó una oficial.