A menos de un mes de convertirse en el expresidente de Estados Unidos y cederle el mando a Donald Trump, Barack Obama decidió relajarse unos días y mantenerse fuera del mundo y los problemas de la política norteamericana.
Por eso, aceptó la invitación de su amigo, el empresario británico Richard Branson, y disfruta de la maravillosas Islas Vírgenes británicas. A través de las redes sociales se filtraron fotos espectaculares y se lo puede observar muy distendido.
Obama volvió a su infancia. Durante su período de gobierno no pudo continuar con los deportes extremos que tanto lo hacían feliz cuando era más chico. Branson retó a un desafío acuático: le enseñaba kite-surf mientras el exmandatario le daba clases de foilboard.
La victoria se la llevó Barack Obama, quien logró avanzar unos 100 metros. “Después de todo lo que hizo por el mundo, no puedo envidiarle su merecida victoria”, sostuvo su amigo británico, que prometió revancha en la próxima visita.
¿Cómo sigue la vida del expresidente? Volvieron a Washington, donde vivirán hasta que su hija más chica termine la secundaria. Además, planea escribir un libro y dedicarse a su fundación y biblioteca en Chicago.