En octubre, la Academia Sueca galardonó a Bob Dylan con el Premio Nobel de Literatura 2016 en reconocimiento por “haber creado nuevas expresiones poéticas dentro de la tradición de la gran canción americana”.
El músico se tomó varias semanas para agradecer la condecoración. Ofreció un concierto en Las Vegas y optó por el silencio. Claro que la noticia lo había dejado sin palabras y, aseguró al diario The Telegraph que “iría a buscar el premio, si podía”.
Después de días de especulaciones, el rockero estadounidense le envió una carta a la academia comunicando que no viajará a Estocolmo a recibir el galardón: “desearía recibir el premio en persona, pero otras obligaciones hacen que sea imposible”, subrayando que se siente “honrado”.