El país actualmente tiene 20 casos confirmados, y ha sufrido tan solo 29 muertes, lo que equivale a 8,5 por cada 100.000 personas. El epidemiólogo al cual le encargaron el puesto para que diera respuesta a la pandemia que sacudió al mundo se llama Thorolfur Gudnason, quien afirmó haberse estado preparando para esta pandemia durante 15 años.
“Decidimos de inmediato lo que haríamos: realizar pruebas, rastrear contactos y aislar a todos los diagnosticados. Hicimos esto de manera agresiva, desde el primer día", dijo el especialista. También destacó que este grupo de trabajo, según cuenta, integrado por detectives de la vida real, estaba en funcionamiento desde antes que Islandia registrará su primer caso.
Luego de erradicar el virus, el país decidió erigir fronteras de acero, y desde junio de 2020, todos los pasajeros han sido puestos en cuarentena y hay pruebas obligatorias en el aeropuerto.
Islandia tuvo su primera ola bajo control de una manera rápida y efectiva, por lo que para mayo de 2020 la gente había comenzado a declarar al país libre de Coronavirus. Sin embargo, a finales de este último verano, dicho país fue golpeado inesperadamente por una ola más agresiva de contagios, luego de que dos turistas que habían dado positivo habían roto las reglas de aislamiento.
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Según señalan investigadores, fueron los científicos quienes han creado las reglas para afrontar la situación, y no los políticos. Katrin Jakobsdottir, primera ministra de Islandia, afirmó que se encontraba emocionada al impulsar un trabajo riguroso de pruebas, rastreando y aislando a los posibles contagiados, con la esperanza de evitar que el país sufriera bloqueos drásticos, algo que, en general, logró conseguir. “Esta pandemia me ha mantenido despierta durante todo un año. Solo desearía que todo terminara y pudiera volver a hablar de política de nuevo", comentó.
Cabe destacar que Reikiavik, uno de los hogares de las principales empresas de genética humana del mundo, brindó su ayuda al Estado de Islandia. A los pocos días de que el coronavirus había llegado a la isla, Stefansson acordó poner en manos de los científicos sus laboratorios de última generación para rastrear la propagación.
Desde ese momento, sus equipos han seguido cada caso positivo para vislumbrar la manera en que se estaba llevando a cabo la propagación del virus. Señaló que el virus mata cada cuarta transmisión, el 25% de las veces, y que ellos podían averiguar quién se lo transmite a quien.
Es todo esto lo que, entre otras cosas, ha ayudado a Islandia a mantenerse airoso frente al Covid-19. Además, hay que recordar que durante meses, Islandia ha logrado evitar que la variante británica ingrese al país al contener los casos en la frontera.