La vida de los ucranianos cambió para siempre desde la invasión rusa. Cada día antes de salir de sus casas, las personas revisan una app que les dice si es seguro salir o no. Muchas ciudades son bombardeadas todos los días.
En los lugares más afectados no hay electricidad y cuesta conseguir medicamentos y alimentos. Los niños son los que más sufren estas adversidades. La guerra es una realidad de todos los días.
“Cuando el botón es rojo significa que las sirenas han empezado a sonar y que debes ir a un refugio antiaéreo”, contó Olga Tymchenko desde Kiev sobre la aplicación a Noticiero Doce. Cada día se organiza en base a esas alertas de la app. “Estamos en peligro constante de ataques desde el cielo”, señaló. El trabajo, los turnos médicos y las clases quedan supeditados a los bombardeos.
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La electricidad es uno de los servicios más afectados por la guerra. “A lo largo de toda Ucrania, todos los días hay un esquema que dice cuando no vamos a tener electricidad”, explicó Olga. A veces pasan hasta siete horas por día sin energía. El problema comenzó al inicio del conflicto armado, pero se agravó cuando llegó el invierno. Muchos no pueden calefaccionarse frente a las temperaturas bajo cero del país y tampoco pueden cocinar.
La falta de energía también afecta a la educación. La mayoría de las escuelas dictan clases de manera mixta: presencial y online. Así, la falta de electricidad y conexión a internet afecta la educación virtual. No hay garantías en el dictado de clases, contó Olga. Las personas deben mirar las noticias para saber si los chicos tienen que ir a la escuela ese día.
El ruido creó una nueva postal de Ucrania tras la guerra. Ante la falta de electricidad, muchas familias y comercios han conseguido generadores. “Si llegás a Kiev o cualquier otra ciudad, vas a escuchar el ruido de los generadores”, señaló Olga.
A pesar de estas adversidades, las cosas siguen funcionando en Ucrania. Los comercios, las escuelas y hasta los salones de belleza están trabajando.
Un lugar para tener una infancia
OIga Tymchenko dirige una fundación que ayuda a niños y a sus familias a superar el trauma de la guerra. “Voices of children” asiste a quienes han sido reubicados por la guerra y que ahora buscan un lugar para vivir.
La situación de los niños es diversa a lo largo del país. Algunos hace meses que viven en refugios y no van a la escuela desde entonces. Muchos han perdido a sus padres y están con parientes cercanos. También familias enteras han tenido que abandonar sus hogares.
Los desplazados necesitan comida, refugio, asistencia psicológica y también contactos sociales. “La mayoría de ellos perdieron a sus amigos, se mudaron a una nueva ciudad y nunca quisieron”, explicó Olga sobre los niños. Desde la fundación, les brindan espacios, talleres, educación y “un lugar donde tener una infancia”.
A un año de la guerra, muchos no quieren abandonar sus hogares.Todos los días se vive sin saber cómo va a terminar el día, contaron desde Kiev. Olga señaló que se las arreglan para vivir en esas condiciones y reflexionó “entendemos que ahora estamos luchando por nuestro futuro”.