Sigue la conmoción mundial por la foto de un migrante salvadoreño, junto a su pequeña hija de dos años que murieron ahogados en el Río Bravo tratando de ingresar a Estados Unidos. Sus cuerpos aparecieron abrazados en la orilla, demostrado que ambos permanecieron juntos hasta el trágico final.
Rosa Ramírez, madre del migrante, habló tras el fatal desenlace: “Estamos pidiéndole a Dios, que es el único que nos puede dar fortaleza. Es muy triste, porque sucedió lo que todos ya saben”, dijo.
En declaraciones al diario La Prensa Gráfica, de El Salvador, Ramírez aseguró que su hijo Óscar murió tratando de rescatar a su pequeña hija antes de que fuera arrastrada por la corriente. Además, dijo que le pidió que abandonara el sueño de llegar a la frontera por las “dificultades que trae”.
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El trágico episodio, ocurrido el pasado domingo, volvió a poner de manifiesto la profunda crisis humanitaria producto del endurecimiento de los controles migratorios en la frontera entre México y Estados Unidos.
El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, informó que el gobierno afrontará los gastos de repatriación de los cuerpos. Ambos serán enterrados en el cementerio “La Bermeja” de San Salvador.
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