Las negociaciones climáticas al final tienen que ver con vivir bien, explica Enrique Maurtua Konstantinidis, experto y consultor en cambio climático. La gente quiere vivir en un ambiente sano, sin miedo a la próxima tormenta ni a que los mate la contaminación.
Quieren tener un transporte seguro, cómodo y sin emisiones, comida saludable y aire puro. Todo eso, al final tiene que ver con políticas climáticas, señala el especialista. Y esas medidas a nivel internacional son las que se debaten en cada COP.
La COP o Conferencia de las Partes, por sus siglas en inglés, es la reunión internacional anual más importante en materia ambiental. La cumbre es el órgano de toma de decisiones de la Convención Marco de Naciones Unidas en Cambio Climático (CMNUCC) y se realiza desde 1995. Una de las más recordadas es la COP 21 de 2015, donde se llegó al Acuerdo de París.
¿Quiénes participan de una COP?
Jefes de Estado y sus delegados, organizaciones de la sociedad civil, periodistas, expertos en la temática y representantes del sector privado.
Se habla de conferencia de “partes” y no de países porque hay muchos miembros que no son Estados. Por ejemplo, la Unión Europea en su conjunto participa como una parte, además de algunos de los países que la conforman.
¿Qué se discute en una COP?
Desde su primera edición en 1995, estas reuniones fueron generando distintos instrumentos para combatir la crisis climática. En 2015, se alcanzó el esperado acuerdo global para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. El famoso Acuerdo de París. De ahí en más, las siguientes cumbres estuvieron destinadas a reglamentar cada uno de los artículos del compromiso. El año pasado, en la COP 26 de Glasgow finalmente se terminaron de acordar las reglas para poner en práctica el entendimiento. Es decir que desde este año, lo que debería suceder es que los países empiecen a aplicar efectivamente cada uno de los puntos del pacto.
El Acuerdo de París tiene como principal objetivo limitar el calentamiento global por debajo de 2º C, con esfuerzos a 1.5º C. Según la ciencia, la tierra ya se ha calentado 1º C por encima de los niveles preindustriales. Es decir, que al mundo le queda poco tiempo para alcanzar la meta.
¿Qué rol juega la Argentina en esta cumbre?
El país firmó y ratificó el Acuerdo de París. Al firmarlo, los países se comprometieron a presentar cada cinco años un plan de metas para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero. Estos documentos se conocen como NDC (contribuciones determinadas a nivel nacional, por sus siglas en inglés). En teoría, los compromisos de cada país deben encaminarse hacia el gran objetivo del acuerdo.
Argentina presentó su última NDC en noviembre de 2021. Según el ranking mundial del sitio Climate Action Tracker, los compromisos asumidos por el país para cumplir el Acuerdo de París son “altamente insuficientes”.
Según explicaron, las políticas presentadas tienden más a aumentar las emisiones de gases de efecto invernadero que a disminuirlas. En otras palabras, las medidas nacionales no serán suficientes para evitar que la temperatura global suba por encima de 1.5º C.
Por otro lado, en 2019 la Argentina se comprometió a alcanzar la neutralidad de carbono para 2050. Es decir, prometió que la “balanza” sería positiva o neutral. Esto es, que el carbono retenido sea mayor al emitido para que esos gases no terminen en la atmósfera ampliando el calentamiento global. Se espera que en la COP 27 el país presente un plan de acciones concretas para llegar a ese objetivo.
“El país tendría que presentar el compromiso de neutralidad pero sobre todo empezar a implementarlo”, expresó Maurtua Konstantinidis.
El panorama a nivel global no es más alentador si se miran las metas de los otros países.
China es el país más emisor de gases de efecto invernadero del mundo. Y según Climate Action Tracker, sus planes presentados contra la crisis climática son “altamente insuficientes”.
Los compromisos de Estados Unidos, el segundo país más emisor, también están lejos de ser los que se necesitan. El plan presentado hasta ahora es “insuficiente”, según el mismo sitio internacional.
¿Por qué las COP deberían importarle a los ciudadanos?
“Es una negociación diplomática a nivel país, todo lo que se haga en una COP va a tener impacto en las políticas climáticas”, señaló Maurtua Konstantinidis. Para el especialista, es “natural” que la gente sienta este tipo de eventos como algo lejano a su realidad. Pero explicó que muchas cuestiones climáticas son parte cotidiana de la vida de las personas y que al final tienen que ver con lo que se discute en una conferencia mundial.
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La energía que se usa en los hogares, el acceso al transporte público y a los vehículos particulares, la calidad de los alimentos que se consiguen en una ciudad, el estado de las bicisendas. Estas y muchas otras cuestiones tienen que ver con políticas climáticas. Son todas actividades que generan emisiones de gases y por lo tanto, deberían formar parte de la lucha contra el calentamiento global.
Una solución conjunta para el futuro del planeta
La mitad del planeta vive expuesto a sufrir eventos climáticos extremos. Sequías, inundaciones y olas de calor, son algunos de los acontecimientos que ya están ocurriendo en el mundo. No hay ningún país exento a padecer los efectos de los cambios en el clima. El Panel Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático (IPCC), señaló en su último informe que para reducir estos impactos es necesario que los gobiernos tomen medidas sistémicas.
El Acuerdo de París no cuenta con ningún juez ni órgano que aplique sanciones ante su incumplimiento, más que el mismo proceso que establece la Convención Marco de Naciones Unidas para el Cambio Climático. Por eso, en esta temática juegan un rol clave los ciudadanos y las organizaciones de la sociedad civil. Como afirma Maurtua Konstantinidis, las personas tienen el poder de presionar a los gobiernos para que cumplan con el pacto.