Las personas que contraen coronavirus y requieren de internación, transitan esos largos y duros días aislados de su familia. Solo los profesionales de la salud pueden ingresar a la habitación para controlar su evolución.
Los seres queridos también sufren desde afuera, al no poder visitarlos. Jampier G.M, un policía de 21 años de Huancayo (Perú), extrañaba a su padre que estaba hospitalizado tras ser diagnosticado con Covid-19.
Desesperado por no saber cómo estaba, decidió tomar un riesgo: se disfrazó de medico para ingresar al área restringida del Hospital Daniel Alcides Carrión. Buscó una bata, barbijo y cofia, fingió ser nutricionista, engañó a los guardias y al llegar al piso reservado se encontró con una escena que jamás imaginó.
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Encontró a su papá muerto. Los empleados del centro de salud lo descubrieron llorando y dieron aviso a la Poicía. Jampier fue detenido por sus propios colegas porque "vulneró gravemente la salud pública". Estaba completamente destruido.
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Desde el hospital emitieron un comunicado y detallaron que el hombre fallecido fue "internado el 9 de febrero con graves síntomas de COVID-19 y un cuadro de diabetes no controlada y le colocaron una mascará snorkel. El médico de turno pidió una cama en la Unidad de cuidados Intensivos para el hombre pero no pudieron trasladarlo debido a que había una lista de 12 enfermos más en espera".
Además, se comprometieron a investigar a los trabajadores de turno para deslindar acusaciones sobre la calidad de la atención médica recibida por el padre del policía.