Todo comenzó cuando Edie Molyneax, la pequeña de cuatro años, sufría de fuertes dolores de cabeza. Después de varios estudios, le diagnosticaron cáncer cerebral. A pesar de su larga lucha, los tratamientos a los que fue sometida, la pequeña falleció el miércoles en México.
La dura y larga batalla contra la enfermedad, que terminó en un final dramático, provocó el dolor de su madre Ashleigh Stading (29), quien nunca bajó los brazos por su hija. Eran de Tranmere, Inglaterra, pero fueron a México porque una persona les donó más de 11 millones de pesos para que pudiera curarse.
A través de las redes sociales, la mujer dio a conocer el triste desenlace. Compartió una foto desgarradora de Edie sobre la cama del hospital, conectada a un respirador. El día menos esperado había llegado: después de escuchar el último respiro de la niña, se tomó una selfie para mostrar el dolor.
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“Una imagen vale más que mil palabras. He debatido poner esta foto. No por mi aspecto, eso está muy lejos de mis preocupaciones. Pero por temor, la gente evitará ver el verdadero dolor”, escribió.
“¿Por qué tomé esta foto? Necesitamos que veas la realidad de esto, el daño que causa. En el exterior, sabemos que nos vemos fuertes, pero cuando nadie mira, a veces ni siquiera nuestra familia, éste es el momento en que nuestras preocupaciones se arrastran y nos desmoronamos”, concluyó.