Mientras el mundo debate cómo combatirlos y Estados Unidos anunció que dio de baja a su número uno, el Estado Islámico sigue propagando el miedo a través de internet, una de sus herramientas favoritas.
Esta vez, grabó el asesinato de un iraquí. Desde un edificio de varios pisos, soldados lo arrojaron al vacío ante una multitud que celebraba el horror. Entre las decenas de fanáticos había niños, según reporta el Daily Mail.
"Los actos homosexuales están prohibidos en el califato", gritó ante la multitud uno de los autores del crimen.
Resaltando lo que ordena la ley sharia, los terroristas grabaron un video en el que afirmaban que su víctima tenía "la culpa de ser gay".