Aron Anderson es el nene más solitario del mundo, porque es el único menor entre los 40 habitantes de Out Skerries, una isla escocesa en el norte del Reino Unido, donde vive.

Después de hacerse conocida su historia, comenzó a recibir regalos, cartas y mensajes de todo el mundo.
La Navidad pasada, el niño recibió más de nueve mil cartas y regalos de todo tipo, pero los obsequios llegan durante todo el año. El correo llega en el ferry tres veces por semana y, esos días, comienza el ritual alrededor de la mesa.

La madre de Aron comienza a abrir y leer las cartas, una por una. Los sellos indican su origen: Italia, Hungría, Canadá, Estados Unidos, Rusia, etc.
Por ser el único menor de Out Skerries, lo controlan de cerca para que no caiga en la desesperación. Dos chicos, que vivieron allí antes que él, sufrieron problemas psicológicos.
En el lugar hay una escuela, con su parque de juegos, un aula y un banco. Y dos visitantes diarios: la maestra y su único alumno, Aron.
Sin embargo, su soledad no es tanta, gracias al cariño que recibe por medio de las redes sociales.
