El Papa Francisco encabezó su tercera y última misa en suelo chileno, en Playa Lobitos, cerca de la ciudad de Iquique, en el norte del país. Luego, almorzará en la Casa de Retiros Nuestra Señora de Lourdes y recibirá a víctimas de la dictadura de Augusto Pinochet antes de viajar a Perú donde también permanecerá tres días.
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De esta manera, el líder de la Iglesia Católica culmina una visita complicada por Chile, donde pidió perdón por los abusos a menores de sacerdotes y llamó a evitar la violencia por el conflicto con las comunidades mapuches.
Abordado por los periodistas, se pronunció por primera vez sobre el obispo chileno, Juan Barros, acusado de encubrir abusos sexuales por parte del sacerdote Fernando Karadima, condenado por el Vaticano en 2011. "No hay una sola prueba en contra, todo es calumnia ¿Está claro?", aseguró en defensa.
Camino a la casa de retiros del Santuario Nuestra Señora de Lourdes con el papamóvil, la alagarabía de la gente por su llegada hizo enloquecer a un caballo y tiró a la carabinera que lo montaba. Otra vez, Francisco ompió con el protocolo y sin dudarlo, se bajó para ayudar a la mujer que había sufrido un tremendo golpe.
El vocero papal, Greg Burke, contó que "le dio sus palabras de consuelo hasta que llegó la ambulancia". Luego fue trasladada a un hospital y el Sumo Pontífice siguió su recorrido.
El Papa viajó desde Santiago en un vuelo que tuvo como nota destacada que Francisco casó a dos tripulantes de cabina. De esta forma, Paula Podest y Carlos Ciuffardi se convirtieron en los primeros en ser unidos en matrimonio por el Pontífice a bordo de un avión.
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Ciuffardi era periodista y dejó su carrera para entrar hace una década a LATAM Chile. Allí conoció a su mujer, con quien tuvo dos hijas. Ambos son jefe de servicio y estaban casados por civil pero no por Iglesia ya que tenía fecha fijada en el 2010 pero el terremoto que azotó Chile impidió la ceremonia.