A mediados de julio del 2016, la foto de Josh Marshall y su hijo Gabriel se compartió millones de veces en las redes sociales. De perfil, el niño dejaba ver su cicatriz tras una operación y el papá el tatuaje que se había realizado para que no se sintiera "un monstruo" por la marca.
En aquel entonces Gabriel luchaba contra un tumor cerebral. La batalla continuó hasta estos días, en los que se conoció el lamentable desenlace: el cáncer reapareció y el pequeño de 9 años murió.
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“Murió tranquilo, en mis brazos, junto a su familia”, dijo el padre en medios de Kansas, Estados Unidos. Vía Facebook también se había expresado y conmovió a miles: “Tengo el corazón roto, no solo estoy perdiendo a mi hijo, sino a mi mejor amigo”.
Luego del fallecimiento, lo despidió con otra publicación. "Gabriel ganó sus alas", escribió en la red social.